Hola, mamá


La última conversación que tuve con mi madre fue por teléfono, el día antes de morirse. Sufría las consecuencias de una complicación pulmonar derivada del tratamiento al que la sometían en ese momento. Llevaba puesta, permanentemente, una mascarilla que le proporcionaba oxígeno. Si se la quitaba para hablar su voz era un hilito fino, un silbido, jadeante, como cuando llegaba a casa cargada con las bolsas del super, hasta el coño de que nadie la ayudara. 

Apenas conseguía articular tres palabras seguidas.

La última conversación que tuve con mi madre fue por teléfono y ella no podía hablar. 

Pero me llamó para decirme algo.

Cogió el móvil desde la habitación del hospital aunque hablar suponía para ella correr una maratón a cuarenta grados.

Y cuando descolgué sentí que algo no iba bien, pero decidí mirar a otro lado, como hace la gente con los mendigos que piden a la salida del banco.

Hola, mamá.

Creo que ella también quiso haber olvidado por qué me llamaba. Se quitó la mascarilla y me preguntó entre suspiros qué tal el instituto, o la casa, o las amigas. Y yo le contesté que bien, o que mal, o que nada tenía demasiado sentido.

Te quiero mucho, Lúa.

Y la oí llorar

detrás del teléfono

detrás de la mascarilla

detrás de su preciosa cabeza pelada

detrás de todo aquello 

que le había dolido.

Y creo que con eso ella sólo quería

decirme

Que ya no había nada

de lo que arrepentirse.

Que se iba con espíritu de niña rebelde

porque no quería marcharse. 

Creo que quería decirme

que debía amar sin tapujos

y sin miedos

siempre con la sonrisa puesta.

Que para hacer arroz basta

con un vaso por persona.

Que ojalá no me enamorase de alguien como papá.

Pero que ojalá me enamorase de alguien como papá.

Que no perdiera el tiempo

con cosas que no me gustan.

O al menos no demasiado tiempo.

Creo que tan sólo quería

decirme

que morirse es un asco,

quería ponerse un piercing,

tener un perro,

aprender a conducir,

empezar a envejecer

y no marcharse 

sin saber

que su boca

ha sido revolución

para todos los que la hemos conocido.

Creo que quería decirme

que no podía hacer nada

por ayudarme en mi camino.

Que la escuchaba entonces

y la escucho ahora

marcharse.

Y entre suspiros

levantar los brazos al cielo

como en un abrazo furtivo,

gritando ya sin pulmones

«Mierda para todos,

¡yo vivo!».

22 comentarios en “Hola, mamá

  1. Desde la » suit 726.1″ leo este post, y la verdad, smes que se me llenan los ojos de emoción. Siii, hoy tal vez, en recuerdo de la mía, madre, ella siempre dispuesta… Ella siempre sufridora…aconsejando … Dando…sonriendo a pesar de los pesares… Y hoy este post me la acerca más, hoy ella sería diferente, llevaría la bandera de la libertad, esa que siempre suspiro, esa que la atrapó en esa misión imponente, de ser esposa y madre las 25 horas… Un día no era suficiente… Hoy sería diferente…peto hoy ya no está… Miro a mi padre, se mezcla la nostalgia, un poco de tristeza y el recuerdo constante, de que todo es efímero… Debemos cuidar aclos que de verdad importan.

    Gracias por tú post.

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    1. Que buena aluna aluna tiene esa gran maestra . Con lo que has compartido nos enseñas un poquito a tirar con esta puta vida . Un fuerte abrazo

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  2. Las madres rebeldes… la mía lo es y envejece enfadada con el reloj. Es más joven que yo aunque me saca 30 años.
    Voy a darla un beso, que se me olvida porque la tengo a mi lado cada dia.
    Gracias

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  3. Que puedo decir,es como si revivo lo último de mi hija; se fue y su niña ,tenia 11 años y otros dijeron , que mejor no fuera que conservará recuerdos mejores.Yo apenas podía pensar pero recuerdo que dije ,creo que seria bueno que estuviera con ella. Puede que tuvieran algo que compartir. No se nadie me oyó y la vida sigue como sigue ; a mi me mando a descansar y le hice caso. Quería estar con su padre y así fue , y cuando regresé su cuerpo ya no respiraba Siempre me quedo que no estaba su hijita, y no estaba yo. Pero se respeto lo ella pidió. Siempre queda tanto por decir; yo le sigo hablando y espero que donde este me deje un lugar. Siempre pensé lo cruel que es la vida; yo me ofrecí en su lugar , clase , llore , nadie me respondió. No deben irse los hijos antes que los padres. Gracias los que los tienen amén cuiden y hablen no se guarden nada.Es muy breve la vida.

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  4. No suelo comentar este tipo de publicaciones, pero sentí la necesidad de hacerlo contigo, Lúa. Mi madre, con metástasis en el pulmón, estuvo en esa situación. Yo me despedí de ella, cobarde, con un beso en la mejilla y un «hasta luego» que sabía, por mis estudios, que no se iba a cumplir.
    Que te cuide desde arriba y tú sigas cuidándonos a los que te leemos.

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  5. Guau….imposible no emocionarse!!! Acabo de perder a mi padre mientras mi madre en la uci nos decían que se nos iba. Gracias a Dios ella está mejor luchando contra esa horrible enfermedad la cual no sólo destruye a quien la padece sino a la familia entera. Mucho ánimo!!!!

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